Los paisajes cambian al visitar Cubillo y Perazancas. Los frondosos bosques de robles y los macizos calizos se transforman al llegar a tierras de la Ojeda en suaves laderas aprovechadas para el cultivo y los pastos. También varían los materiales de construcción empleados en las casas: el abrumador dominio de la piedra y la madera da paso a una presencia mayor del barro y el ladrillo. Cubillo, cuyo topónimo significa pequeña hondonada o cavidad, es un pequeño pueblo agrícola y ganadero en el que destaca la iglesia de San Pedro. En el recorrido por sus calles puede verse un arco de piedra, antigua entrada cegada de una casona, que aparece rematado por un escudo primitivo. También tiene Cubillo el antiguo lavadero. A diferencia de los que hay en los pueblos de alta montaña, se encuentra al aire libre y al nivel del suelo. Las laderas que rodean al pueblo son ricas en manzanillas y demás hierbas beneficiosas.
Lugares de interés
La iglesia románica de San Pedro
Aparece situada en un alto, denominado caserío del pueblo. Cuentan con una sola nave, en cuya cabecera se sitúa un ábside románico cerrado y se decora con arquivoltas de baquetones. La iglesia tuvo una antigua espadaña románica, que ha sido escondida por una solida torre y una cornisa adornada con canecillos, entre los cuales sobresale un músico tocando el laúd. Dentro del templo destacan su arco triunfal apoyado sobre capiteles decorados y medias columnas entregas. Parece ser que la iglesia tuvo artesanado mudéjar, del que se intuye algún resto en una de las vigas del coro.