Perazancas de Ojeda

Es tierra de labradores, destacando el cultivo de la patata, y fue lugar de tejedores. En el siglo XVIII había en Perazancas 17 tejedores de lienzos y 11 cardadores de lana. Hay también abundantes colmenas y un recuperado lavadero. La cultura tradicional de Perazancas ha sido resumida en el Museo Etnográfico situado en las antiguas escuelas. Allí se ven los objetos que usaban los vecinos en sus momentos de labor y ocio. En las calles del pueblo destaca el arco de entrada del antiguo hospital y la casa blasonada del inquisidor Antonio Bravo, hijo del pueblo en el siglo XVI.

Hay en Perazancas una panadería, dos casas rurales y dos bares. Uno de ellos fue asaltado por los maquis que vivían en los bosques en los años cuarenta. Las fiestas se celebran en la octava del Corpus, con dianas y procesión. También hay festejos el 6 de junio, fiesta del Santo Corazón de Jesús y el 26 de junio, San Pelayo.

Perazancas cuenta con dos joyas del románico, la iglesia de la Asunción y la ermita de San Pelayo. La iglesia es un magnífico edificio de finales del XII en el que destaca la portada, con una orquesta de 16 personajes. También son destacables los capiteles, los herrajes forjados de la puerta, del siglo XII y, en el interior, el ábside, la pila bautismal y la talla de un Crucificado. La ermita de San Pelayo cuenta con una inscripción de 1076, aunque su origen puede remontarse al siglo IX. Destaca su bellísimo ábside y las pinturas murales de su interior. También se halla en Perazancas el humilladero de Las Animas, del que dicen fue mojón divisorio de los reinos de León y Castilla.

La antigüa Pedrazancas fué lugar de tribus pastoriles nomadas, de guerreros cántabros, e pueblos bárbaros y, de dominación romana, quienes dejaron impresa su huella histórica y cultural.

En el año 1199 el rey Alfonso VIII desde el sitio de Vitoria concede a la abadesa del monasterio de San Andrés de Arroyo, Doña Mencia, el señorio de su preciada finca de caza y recreo, asentada en el antiguo valle de Las Foxedas (valle de las Hojas), la que fuera también propiedad de su padre Sancho III de Castilla y de se abuelo Alfonso VII el Emperador; la finca era Perazancas y San Pelayo.

En el siglo XV, la penuria por la quepasaba el monasterio obligo a sus monjas a vender dicho lugar al concejo y vecinos del lugar convertido ya en una entidad rural llena de vida y arte.

Lugares de interés

Arte románico

Perazancas cuentan con dos joyas del románico, la iglesia de la Asunción y la ermita de San Pelayo. La iglesia es un magnífico edificio de finales del XII en el que destaca la portada, con una orquesta de 16 personajes. También son destacables los capiteles, los herrajes forjados de la puerta, del siglo XII y, en el interior, el ábside, la pila bautismal y la talla de un Crucificado. La ermita de San Pelayo cuenta con una inscripción de 1076, aunque su origen puede remontarse al siglo IX. Destaca su bellísimo ábside y las pinturas murales de su interior. También se halla en Perazancas el humilladero de Las Animas, del que dicen fue mojo divisorio de los reinos de León y Castilla.